The Velvet Underground (1964-1973)
GÉNERO: Rock, experimental, punk PAÍS DE ORIGEN: Estados Unidos SELLO DISCOGRÁFICO: Verve Records
HISTORIA:
En los sesenta se produjo un contubernio sin parangón en el mundo de la música. Una serie de talentos tan dispares entre sí como singulares, decidieron mezclarse en un revoltijo del que surgiría la banda THE VELVET UNDERGROUND. En su momento fueron influyentes, hoy son mitología de la música.
THE VELVET UNDERGROUND, UNA CRÍTICA «SUI GENERIS»
Si alguien fuese capaz de decirnos en la cara una enormidad del tamaño de que el primer disco de The Velvet Underground vendió sólo 30.000 copias durante sus primeros años, pero que TODO aquel que se lo compró inició un grupo, pensaríamos de inmediato que vaya una chorrada como una casa nos estaba intentando colar ese alguien y nos echaríamos a reír, pero como el que dijo dicha «boutade» fue Brian Eno, pues en su lugar preferimos pensar que es otra perla más de sabiduría del genio británico. Cuando Velvet Underground se formaron tenían bastante claras las influencias de la música americana popular que asomaban la patita en el calco de bandas folk que acometían, algo que puede comprobarse rauda y velozmente en el grupo de descartes y canciones medio grabadas anteriores al disco compartido con Nico (¿o comandado por ella?) que pudimos degustar en la caja PEEL SLOWLY AND SEE. Lou Reed, John Cale, Maureen Tucker y Sterling Morrison tardaron poco tiempo en vadear ese charco harapiento de limo primordial donde levemente destellaba la música por la que serían conocidos eternamente. Igual te suena manido, pero es que los Velvet apadrinados por Andy Warhol no editaron únicamente un primer disco (en 1967), sino que elucubraron todo un culto. Sus influencias no pueden medirse adecuadamente sin procesar antes las toneladas de literatura que se han escrito para conmemorar su nacimiento. Es un grupo sobre el que se ha escrito tanto y tan bien que difícilmente alguien como entidad auto-consciente podrá hacerse una idea pura de qué le parecen, pues su elucubración se verá inevitablemente contaminada antes de realizar el ejercicio. Por lo que mejor será intentar describir cuáles fueron mis VELVET UNDERGROUND.
Cuántas miles de certezas se producen al escuchar por primera vez «Heroin», «Venus In Furs» o «Sunday Morning». Cuánto talento junto en un momento de la Historia que nunca volvería a reproducirse de la misma forma. Lou Reed fue el único (y no sin heridas) que pudo escapar a las consecuencias, negativas en su mayor parte, que como una maldición abatieron a muchos de los involucrados en el primer disco del grupo, algo que puede catalogarse sin rubor alguno como «obra de arte total».
En aquellos tiempos pre-internet de principios de los noventa en los que desde lugares remotos resultaba imposible escuchar rápidamente un grupo, o una idea, para intentar así formarnos una impresión inmediata, lo primero que me aprendí de la leyenda neoyorquina fue quiénes eran esos personajes misteriosos que vestían de negro a los que acompañaba una diosa rubia en algunas de las imágenes que había visto. Me preguntaba por qué parecía que me miraban tan distanciadamente, y sobre todo, qué es lo que miraban. ¿Eran de la Tierra? La anticipación para poder escuchar este disco me comía, me devoraba por dentro mientras la cinta de cassette grabada por un hermano de la música con el que intercambiaba conocimientos y discos viajaba por correo, sin prisa pero sin pausa, hacia mi hogar. En mi imaginación de apenas dieciséis años THE VELVET UNDERGROUND me parecían el misterio más importante de la música. Sus pintas, copiadas por punks, heavys, modernos y yonquis y su actitud distante los convertía en intocables, superando al resto en actitud cool. Yo ni sabía qué hostias significaba en aquel entonces, pero luego me he dado cuenta de que ellos encarnaban la sensación que implica escuchar ese palabro como nadie. Y eso sin haberlos catado todavía, habiendo visto tan sólo fotografías reproducidas en las revistas de aquella época, la mía, y habiendo leído las críticas y las historias incompletas sobre el grupo (por cierto, el mejor libro sobre ellos sigue siendo el Feedback de Ignacio Juliá). Estaba en una fiesta cuando por fin pude escuchar por primera vez a The Velvet Underground and Nico en aquella cinta cromada que había llegado esa misma mañana, y te aseguro que las pocas reminiscencias de catolicismo que me inculcaron en mi casa fueron aplastadas para siempre. Esa música, sin duda diabólica, había incentivado la pequeña comezón rebelde que sentía contra todo lo que oliese a jerarquía: fue entonces, lo recuerdo perfectamente, en el mismísimo momento en el que escuché ALL TOMORROW´S PARTIES cuando juré solemnemente que me dedicaría en alma (el cuerpo mejor lo usaba para ganarme las habichuelas) a la única certeza que se me había pasado por la cabeza espontáneamente al escuchar esa canción, una verdad que se me quedó pegada cuando más la necesitaba para atravesar una adolescencia de recuerdos traumáticos y vida gris que afortunadamente se empezaba a desvanecer a jirones: que es necesario inventarte tu vida, que tienes que reinventarla, que no tienes que hacer caso a nadie más que a ti mismo si no quieres convertirte en un cadáver viviente. Y por eso profesaré amor a THE VELVET UNDERGROUND hasta que me muera y me convierta en los restos de un cenicero.
Por Frog2000
The Velvet Underground and Nico (1967):
Waiting for the man
Heroin
Sweet Jane
ANÉCDOTAS:
• En directo en 1966.
grande artículo
Soy lou reed, este artículo me ha llegado al alma de mi cadáver.