EL HOMBRE INVISIBLE (1933)

«The invisible man» (1933)

El hombre invisible

DIRECTOR: James Whale
PRODUCTORA: Universal Pictures
GUIÓN: R.C. Sheriff, Philip Wyle (Novela: H.G. Wells)
MÚSICA: Heinz Roemheld
REPARTO: Claude Rains, Gloria Stuart, William Harrigan, Henry Travers, E.E. Clive, Una O'Connor, Dudley Digges, John Carradine, Walter Brennan, Dwight Frye

NACIONALIDAD: Estados Unidos
DURACIÓN: 71 mins.
GÉNERO: Ciencia Ficción, terror

SINOPSIS: Un hombre llamado Jack Griffin llega a la aldea de Iping para hospedarse en una pensión. Su cara está cubierta de vendajes. Tras pasar una semana encerrado en la habitación realizando experimentos y sin pagar el alquiler, el dueño se ve obligado a recurrir a la policía. Cuando los agentes acuden, descubren asombrados que el hombre bajo las vendas es invisible.

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DATOS DE INTERÉS: Adaptación en blanco y negro por parte de la Universal de la novela de H.G. Wells, en plena ebullición del cine de terror, que se había convertido en el género preferido por los jóvenes de los años 30. James Whale, que ya había rodado El Doctor Frankenstein para la productora, se hizo cargo del film tras desecharse la opción de Cyril Gardner como director. El papel protagonista fue rechazado por Boris Karloff, que se negó a rebajar sus pretensiones económicas, y recayó en Claude Rains (el Capitán Louis Renault en Casablanca), que ignoraba que este primer papel como protagonista sería el que le catapultaría a la fama.

ANÉCDOTAS:

  • Los efectos especiales, a cargo de John P. Fulton, consistieron en stop-motion, empleo de cables y dobles exposiciones, además de la necesidad de retocar a posteriori cerca de 64.000 fotogramas.
  • En 1940 se estrenó la secuela El regreso del Hombre Invisible, con Vincent Price como protagonista.
  • Artículo sobre la película El hombre Invisible en Alohacriticon

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Comentarios

EL HOMBRE INVISIBLE (1933) — 7 comentarios

    • Cómo un ser humano puede por simple ambición cometer tales actos de impunidad y atropeyo ante otros seres humanos. Sólo por ego y vanidad profesional. Sólo se ha de encontrar así mismo redimiendo su propio «yo único» e indivisible. Esto es el ego mismo de cada ser individual. Sólo se es todo cuando se es nada.

       

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