FULL OF FUN

«Full of fun» (1957) Full of Fun

NACIONALIDAD: Estados Unidos
IDIOMA: Inglés
GÉNERO: Funny Animals, humor
GUIÓN: Sin acreditar
DIBUJO: Sin acreditar
EDITORIAL: Ajax-Farrell
NÚMEROS: 2 (2 disponibles. Serie completa)
PROTAGONISTAS: Animales antropomórficos

SINOPSIS: Se podría decir que el género de los «funny animals» o animales graciosos nace casi al tiempo que lo hace el medio del comic book, para luego mantenerse como uno de los recursos favoritos de los creadores del arte del cómic. Esto no sólo se debe a que es más fácil dibujar animales distorsionados, con rasgos más propensos a la caricaturización que los de la anatomía humana, sino que se pueden llevar a cabo alegorías sobre la Sociedad o lecturas políticas con mayor carga de profundidad que levantan menos ampollas y tienen más calado. Al fin y al cabo, sólo son animales divertidos que hablan, ¿no es cierto? Los primeros y exitosos ejemplos de animales comportándose como personas son el surrealista Felix, el Gato (primera aparición animada en 1919, en forma de tira en 1924) o la obra maestra del tebeo Krazy Kat. Pero había cientos de ejemplos más. Una década después, Walt Disney sintetizó todas las ideas disperas del género y se dispuso a dar vida a su Universo Disney, dulficándolo de tal forma que fuese consumible por toda la familia norteamericana ideal. El Pato Donald nace en 1934, Mickey Mouse un poco antes, en 1928, aunque no fue en el famoso «Steamboat Willie», ya que anteriormente el ratón había protagonizado «The Gallopin´ Gaucho» y otro corto sin nombre. El corrosivo Bugs Bunny de la Warner vino al Mundo en 1938; el Pato Lucas, creado por Tex Avery, en el cortometraje para televisión «Porky´s Duck Hunt» de 1937.

En cuanto los comic books empezaron a abrazar otros géneros más lucrativos, los «funny animals» se despeñaron por una etapa más oscura en el medio de los cómics, dejando espacio a super-héroes, detectives y otros hallazgos recogidos de las novelas «pulp». De vez en cuando surgían tímidas propuestas como la de Fawcett, que en 1940 editó la serie «Funny Animals» donde se podían encontrar parodias antropomórficas de su personaje Capitán Marvel encarnadas en «Hoppy the Marvel Bunny». Al terminar la Segunda Guerra Mundial muchos de los géneros que más tirón tenían entre el público en ese momento empezaron a declinar, los patrióticos super-héroes estaban de capa caída. El lector quería emociones fuertes y los tebeos sobre crímenes, ciencia ficción o terror de la EC, punta de un enorme iceberg de publicaciones que fusilaban los conceptos de la empresa de William Gaines, los ofrecían por hectáreas, consiguiendo además enormes réditos. Hasta que toda esta violencia insostenible para la moral pacata habitual fue erradicada por medio de las denuncias de los comités de padres, las sospechas provocadas por el libro en contra de los cómics y otras formas de entretenimiento popular escrito por el psiquiatra Frederick Wertham «La Seducción del Inocente» y la creación del Comics Code Authority, organismo por el que debía pasar todo comic book con pretensiones de ser publicado con el sello de «para todos los públicos.» Esto fue en 1954, y las editoriales volvieron a probar con géneros menos sangrientos como el de Romance o, de nuevo, los «funny animals». «Full of Fun» es el exiguo intento de Ajax-Farrell de subirse al carro, aunque la empresa estaba a punto de irse al traste. 

Más tarde las tiras de prensa también volverían a llenarse de «funny animals», con personajes tan contundentes e influyentes como el Pogo de Walt Kelly. Los autores del medio habían comprendido que el uso de animales humanizados era algo perfecto para contar las cosas con menor temor a la censura. Se había abierto una compuerta que ya nunca se cerraría: el Comix Underground utilizaría sus sujetos animales de forma virulenta, para criticar los peores males del Sueño Americano; incrustado en la Marvel de los Setenta, un malencarado Howard el Pato ponía en solfa todo y a todos. Durante los ochenta incluso veríamos sexo explícito en el inteligente culebrón de «Omaha», y las Tortugas Ninja Mutantes Adolescentes conquistarían el corazón y la cartera del público más joven. La fiebre por los animales también alcanzó a autores de renombre del campo de los renovados super-héroes: ideado a cuatro manos por Steve Gerber y Jack Kirby, «Destroyer Duck» se haría eco del género y de paso serviría para plantar cara judicialmente a la Marvel de Stan Lee, pero eso, claro, ya es otra historia.

By Frog2000

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